 Hoy se cumplen cinco años desde que me fui a trabajar a China. Como fue un día después del 11-S, con el que nos dieron una paliza insufrible ayer, siempre me es fácil saber cuánto tiempo exacto llevo en el país asiático. (En realidad llevo 4 años y 364 días, puesto que llegué a Pekín un día después, el 13-S). Este año paso por primera vez mi chinaversario en España, estando aún de vacaciones.
Importante lo del cinco aniversario, sabiendo que China, según mis teorías chorras, es un país dominado por el número cinco.
La noche anterior al viaje a lo desconocido temí que debido a los atentados en EEUU cancelaran todos los vuelos mundiales y me quedara sin ir a Pekín. Pero no fue así, y arribé a la extraña China (que al final no resultó ser tan extraña), donde por supuesto no se hablaba de otra cosa que de los ataques de Al Qaeda, igual que en España. Por cierto, China debió ser uno de los pocos países donde no se pusieron las imágenes de los atentados en directo, debido a la siempre divertente zensura china.
Dicen que China es el país que cambia más rápido, una nación en desarrollo... Pues qué queréis que os diga, a mí me parece que en este lustro ha cambiado mucho más España que China. Aunque claro, uno siempre piensa que las cosas van más despacio en el sitio donde vive que en aquel que visita una vez al año. Pekín también abre tiendas nuevas cada dos por tres, y se tiran barrios enteros para hacer otros modernos, o cambian los colores de los taxis...
Pero de todas formas, creo que en el país chino siempre todo ha ido muy despacio y así seguirá yendo, por mucho que los economistas nos quieran convencer de lo contrario.
China sigue siendo un país en desarrollo (político y económico), cerrado y censor. Esta semana, por ejemplo, acaba de sacar una ley contra las agencias de noticias extranjeras que a lo mejor joroba permanentemente mi trabajo y el de mis compañeros. China cambia en lo material, sí, pero la cerrazón de sus políticos, su escasa formación cultural y su miedo al pueblo y al exterior continúa. Eso es complejo de inferioridad, que conste.
Mientras se puedan escribir cosas por lo menos a través de la Interné, las contaré por aquí. No sé hasta cuando, porque la censura en China va a peor. Hu Jintao es uno de los políticos más carcamales del mundo, así que echémonos a temblar.
|