Os recuerdo que sigue vigente el concurso. Las respuestas las pondré la próxima semana y de momento está todo muy reñido...

Antes de venir a China, yo asociaba el carbón al siglo XIX y las máquinas de vapor, me parecía una fuente de energía que ya casi nadie utilizaba.
Una vez en Pekín, descubrí que aquí no sólo se sigue utilizando, sino que el carbón es prácticamente el motor de la economía china: el 70 por ciento de la energía que consume el país procede de estos piedros. Y el carbón define el paisaje, el clima, la información, la vida cotidiana...
En el paisaje, por ejemplo, no hay más que pasarse por provincias carboneras, como Shanxi u otras del norte de China, y ver a lo que me refiero. En el campo, hay enormes centrales térmicas echando humo sin parar. En las ciudades, se conservan muchas viejas chimeneas de ladrillo, como salidas de los comienzos de la Revolución Industrial, y que suelen ser la salida de humos de sistemas de calefacción con carbón.
Luego están las ciudades que parecen manchadas de carbón, como si un polvillo negro lo cubriera todo... Yo tuve esa sensación cuando visité a una ciudad llamada Datong, que ya nombré hace un tiempo. Suelen ser ciudades en zonas de alta producción carbonífera.
Por no hablar de cuando ves pasar un tren cargado con decenas de vagones de carbón, la típica imagen que se usaba en los documentales comunistas y desarrollistas... Por cierto, los trenes chinos, hasta hace bien pocos años todavía eran a vapor, alimentados con carbón como los de las películas del oeste... La verdad es que me hubiera gustado ver uno de ésos. Ahora van en su mayoría con gasoil.
En el clima, el hecho de que China queme tantísimo carbón es uno de los principales causantes del smog, de que el cielo sea tan gris en las ciudades. También dicen que hay mucha lluvia ácida por eso, así que ruego a Buda que no esté cayendo esa cosa corrosiva en Pekín.
En lo que a información se refiere, el carbón es indirectamente fuente de cientos y cientos de noticias al año, que desgraciadamente hablan en su mayoría de accidentes mineros. Rara es la semana en la que no haya accidentes con 10, 20, 30 muertes... En España uno solo de esos accidentes daría para meses y meses de portadas y polémicas gobierno-oposición, mientras que aquí, tristemente, se han convertido en rutina informativa y a veces sólo son breves en la prensa.

Respecto a la vida cotidiana, todo lo anterior que he contado está implicado: vivir en una ciudad con smog, en un país con accidentes mineros mortales a porrillo, y al lado de una térmica de 16 chimeneas, ya ha de influir de por sí en tu vida, ¿no?
Pero lo que quería comentar en este apartado es la tradicional imagen en China -especialmente en cascos antiguos de pueblos y ciudades- del vendedor de carbón, que va con su triciclo a remolque o su carretillo gritando "¡carbón, carbon!".

El vendedor transporta y vende pastillas de carbón cilíndricas y con agujeros como éstas:

Pastillas que, como veis, se suelen apilar en la entrada de las casas (por lo visto la gente no tiene miedo de que se las roben).
Esas pastillas se ponen en hornillos caseros y sirven tanto para dar calefacción como para cocinar. Dicen que una estufa de carbón es buenísima para calentarse, mejor que las de leña, pero me da a mí que son algo peligrosas, como los braseros hispanos...

De todas formas, creo que los chinos son conscientes de los peligros del monóxido de carbono y suelen tener siempre algún agujero en la puerta o ventana, para que entre oxígeno en caso de accidente. No se oye mucho hablar de accidentes con estas estufas.
Este tipo de calefacción está muy extendido en el norte de China, aunque el gobierno está intentando eliminarlo porque contamina muchísimo, quizá tanto o más que las industrias. Lo malo es que se está sustituyendo en muchos casos por aparatos de aire acondicionado, que consumen una cantidad enorme de electricidad, y tampoco es plan.
|