Marzo del 2016
Me han estremecido un montón de mujeres
30 de Marzo, 2016, 0:01
 Este blog, dedicado principalmente a China, se está tomando un paréntesis para hablar principalmente de su vecina la India, el otro gigante asiático. ¿Durante cuánto tiempo? Hasta que deje de salir este mensaje).
Contaba hace unos pocos posts que en la India apenas hablé con mujeres. Exceptuando alguna vendedora de souvenirs (muy pocas), ninguna me dirigió la palabra, y a mí me pareció, no sé si estaba equivocado o no, que a ellas no les gustaba demasiado que les hablara un hombre. Así que me abstuve de hacerlo salvo que ellas comenzaran la conversación, cosa que nunca ocurrió. Me dio la impresión de que había un muro entre los dos sexos muy alto, como el que seguramente existe en los países musulmanes, aunque quizá me han podido influir los prejuicios, no sé. Conviene recordar que en la India no todo el mundo habla inglés, sobre todo lo hacen las personas de un nivel educativo más alto -probablemente el acceso de la mujer india a la educación superior es más reducido que en el caso de los hombres- y aquéllas cuyo trabajo implica tratar con los turistas (camareros, tenderos, etc) que como ya dije hace unos días casi siempre son hombres.
Que no me relacionara mucho con las mujeres de la India no significa que no me impresionaran. Sin ser tan bellas como las orientales (y con orientales me refiero a chinas, japonesas, coreanas, del sureste asiático, etc), sí me parecieron más elegantes, con sus saris, sus joyas en manos, pies y narices, y sus brazos y manos pintados con henna. Son tal vez las mujeres más atractivas que he visto, y con atracción me refiero no tanto a belleza o voluptuosidad, sino a cómo despiertan interés y llaman la atención a los ojos de un extranjero.
Me pasé el viaje haciendo fotos de mujeres indias, como un paparazzi. Y aquí os dejo algunos de los posados que les robé.                    
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Pulpotorro
26 de Marzo, 2016, 0:01

Este blog, dedicado principalmente a China, se está tomando un paréntesis para hablar principalmente de su vecina la India, el otro gigante asiático. ¿Durante cuánto tiempo? Hasta que deje de salir este mensaje).
Pulpotorro podría ser el nombre con el que en España se hubiera distribuido la película "Octopussy" si los que deciden estas cosas hubieran optado por ponerle un nombre en castellano a una de las películas más delirantemente sexistas y surrealistas de James Bond (ese ejército de mujeres acróbatas en bikini... por dios, ni la guardia de vírgenes de Gadafi era tan hortera).
Bueno, que me voy del tema. Más o menos la mitad de la historia de Octopussy ocurre en los lugares ahora más turísticos de Udaipur, con fama de ser una de las ciudades más bonitas de Rajastán y por tanto de la India. Fue la única ciudad rajastaní que visité el pasado febrero, no sólo por falta de tiempo, sino porque también me di cuenta de que si me liaba en el viaje a visitar ciudades rajastaníes, todas ellas tan famosas y por lo visto bonitas, me hubiera pasado todo el viaje en ese estado indio y no hubiera visto nada más de la India. Otras presuntas perlas rajastaníes que me recomendaron, como Jaisalmer, Jodhpur o Pushkar, las dejo para otra ocasión.
Udaipur, o mejor dicho la parte antigua de Udaipur, es bonita, no lo niego, pero creo que además es fotogénica: es decir, sale más bonita en las fotos de lo que es en la realidad, que no le pasa a todos los lugares. No quiero decir con eso que la ciudad sea fea: las pintadas de elefantes y soldados bigotudos en las paredes, los tonos ocres de sus muros y los dos lagos de aguas claras (mira, como en Bhopal) son de gran belleza, pero en las fotos aún te parecerán mejores.












 
Un último apunte: uno de los monumentos de Udaipur es el Palacio del Monzón, que es además el sitio donde vive el malo de Octopussy. Un lugar que espero no confundáis nunca con el Castillo de Monzón, que también quedaría bien en una peli de 007.
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Bhopal 32 años después
22 de Marzo, 2016, 0:01
Este blog, dedicado principalmente a China, se está tomando un paréntesis para hablar principalmente de su vecina la India, el otro gigante asiático. ¿Durante cuánto tiempo? Hasta que deje de salir este mensaje).
 El lugar menos turístico de la India que visité el mes pasado fue probablemente la ciudad de Bhopal, capital del Estado de Madhya Pradesh, en el centro del país. Es una ciudad relativamente tranquila -para los estándares indios-, con dos grandes lagos en el centro de la ciudad y un alto número de musulmanes y mezquitas que me sorprendió mucho. En todo caso, a Bhopal yo siempre la he asociado al infortunio, como muchos de mi generación o más mayores, porque en los años 80 sufrió el que está considerado como el peor desastre industrial de la historia.
En la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984, un escape de gas tóxico en una fábrica de pesticidas cercana a la estación de tren causó la muerte de miles de personas (entre 3.700 y 16.000, según distintas cuentas). Dos años después se produjo el desastre de Chernóbil y el mundo se olvidó un poco de Bhopal, pero ambas catástrofes tienen elementos comparables, por ejemplo las muchas secuelas para la salud de los supervivientes que han tenido.
Otra similitud es que en Bhopal, como en Chernobil, la instalación donde se produjo el accidente sigue en pie, dentro de un solar donde parece ser que no se atreve nadie a edificar o a construir nada porque el suelo aún debe estar altamente contaminado. Allí que me presenté -tuve que dar unas rupias a los guardas, lo cual dio a mi visita un aire peliculero- y vi lo que quedaba de la maldita factoría.



Del depósito de la anterior foto, me dijo uno de los guardas, salió precisamente el gas venenoso que formando una gran nube se fue extendiendo por las cercanías de la fábrica, en las que vivían -y siguen viviendo- gentes muy humildes, en chabolas de los slums. A muchos les sorprendió durmiendo y probablemente fallecieron sin enterarse: otros, viendo la nube llegar, echaron a correr y con el esfuerzo inhalaron aún más gas tóxico letal, muchos también murieron así. Las fotos más impactantes de aquel siniestro, que no pongo aquí por no herir sensibilidades, muestran a hombres, mujeres y niños a los que el gas les mató y les dejó con los ojos blancos, como borrados.
La fábrica de Bhopal está rodeada de unas tapias en las que los grupos de defensa de las víctimas siguen pidiendo, más de 30 años después, que se haga justicia.


La fábrica era propiedad de la multinacional química estadounidense Union Carbide, que para la gente de Bhopal no ha pagado suficiente por lo que consideran un crimen. La acusan de negligencia, de no haber indemnizado adecuadamente a las víctimas, de no haber limpiado la fábrica (el agua de la zona sigue saliendo contaminada de los grifos) y de intentar que el desastre cayera en el olvido, como lamentablemente ha pasado con los años (ni siquiera se cuenta en los libros de texto indios).
Yo sí tenía un recuerdo reciente sobre Bhopal antes de visitarla, pero fue porque justo un año antes de mi viaje a la India, cuando estuve en Chicago, me encontré en la calle con uno de los rascacielos más peculiares del mundo, un espectacular edificio verde y dorado que es precisamente una de las principales sedes de Union Carbide. Al buscar cosas en internet del edificio, unos enlaces me llevaron a otros y acabé leyendo sobre el desastre de 1984, sin imaginar que un año después visitaría las fábricas donde se produjo.

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